Diez cualidades necesarias para ser un buen jefe de equipo

Imagínate, llegas a la oficina y te llaman de recursos humanos…
Un escalofrío recorre todo tu cuerpo.
“Estas llamadas siempre me han puesto nervioso”… piensas.
Lleno de ansiedad entras al despacho de tu “compañero” y tras una conversación pausada, sales más nervioso aún….

¡¡ Te has convertido en Jefe de Equipo !!

¿Y ahora qué? Te preguntas.

Toda tu carrera soñando con llegar a tener un cargo directivo y de repente ¡el puesto es tuyo!

Imagen de jefe y líder de equipo

Es normal cuando asumes nuevos retos profesionales, que te llenes de ilusión y de dudas, todo al mismo tiempo. El entusiasmo puede convertirse en ansiedad rápidamente. La alegría en tristeza.

La reputación ganada en el puesto anterior, podría convertirse en una mancha en tu expediente. Y eso da miedo. Crea inseguridad. Y tú no quieres eso. Tú quieres sentirte seguro. Ser profesional. Mejorar en tu carrera.

Pero en cuanto tomes posesión de tu nuevo cargo, estarás fuera de tu zona de confort. Tendrás que explorar tus nuevos límites. Y la mejor manera es que alguien te cuente qué te vas a encontrar y qué cualidades vas a necesitar.

Si consigues aprender las fortalezas que tienen los mejores directores de proyecto, te irá de maravilla. Y cuanto antes las incorpores como competencias profesionales, mejor te irá.

Trabaja estas diez cualidades y conviértete en el mejor director de departamento de la empresa en un tiempo récord:

1. Desarrolla un visión global. Sé un líder.

El jefe de proyecto necesita desarrollar la visión global del mismo. No sólo eso, sino que debes tener la capacidad de definirla bien y comunicarla con eficacia. Es tu principal responsabilidad y la de mayor importancia. Si pierdes la capacidad de saber hacia dónde va el proyecto, no podrás dirigir los esfuerzos del equipo. Sin visión no hay liderazgo.

2. Comunícate con eficacia.

La comunicación es clave para que todo el mundo entienda hacia dónde os dirigís. Ten en cuenta que cada miembro del proyecto tendrá una visión sesgada del mismo. Tienes que ser capaz de comunicar esa visión para que no se pongan en duda las instrucciones dadas, el reparto de tareas, etc.

3. Conoce a fondo al equipo.

Cada miembro tiene una personalidad propia con sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Intenta repartir tareas adecuadas a los puntos fuertes de cada uno. Haz un análisis DAFO para cada uno de tus compañeros de proyecto.

4. Planifica y hazlo bien.

Divide el proyecto en metas intermedias y éstas en tareas ejecutables. Reparte tareas en función de puntos fuertes y cargas de trabajo de cada empleado bajo tu dirección.

5. Mide los progresos para tomar decisiones con velocidad.

Tienes que ser capaz de medir el progreso del proyecto, analizar desviaciones de plazos y presupuestos, y tomar medidas correctoras rápidamente.

6. Sé un solucionador.

Hay jefes de equipo que se pasan el día señalando lo que está mal a sus subordinados, pero los mejores les preguntan: ¿qué problemas estás teniendo? Y hacen todo lo posible por despejarles el camino. Tú quieres ser de los mejores ¿verdad?

7. Reconoce el trabajo bien hecho con entusiasmo.

Una de las cualidades de los mejores líderes es que reconocen el trabajo de los demás. Lo hacen a menudo y de manera notable. Échale entusiasmo y verás que pronto consigues un equipo altamente motivado.

8. Desarrolla tu asertividad.

Tan necesario es ser capaz de repartir premios como comunicar bien lo que necesita corrección. Si alguien se desvía del camino, dale un toque de atención firme. Reprueba el comportamiento y nunca a la persona. Señala los hechos y pide explicaciones sin atacar a la persona.

9. Cuida las relaciones clave del proyecto.

Analiza cómo interactúa el proyecto con otros departamentos de la empresa, con otros proyectos, qué representa para tu jefe, para el jefe de tu jefe, etc. Preocúpate de informar a aquellos que pudieran verse afectados por el retraso e intenta ayudar a aquellos que actúan como proveedores internos de tus proyectos.

10. Sé humilde. Pide ayuda si la necesitas.

No eres un superhéroe, eres un directivo. Deja tu ego a un lado y sé humilde. Si necesitas ayuda, pídela.

Con lo anterior y un poco de suerte… el cielo es el límite.

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